El lema impuesto dentro de los círculos universitarios de un tiempo a esta parte es, "matricular, matricular y matricular". Ello a generado una verdadera batalla de inscripciones entre universidades estatales y privadas, una vez ya conocidos los resultados de la PSU. Al respecto, las universidades privadas han tomado la iniciativa de inventar formas de atracción para jóvenes talentosos que por razones socioeconomicas no pudiesen acceder a la educación superior. Claro esta que estos nuevas beneficios, mas que nacer de un ímpetu social, se justifican en cuanto al prestigio que significa tener a la mayor y mejor cantidad de puntajes PSU, para acceder a diversos beneficios y subvenciones, tales como la AFI.
De los jóvenes depende aprovechar estas instancias particulares, y que sirven como subvenciones adicionales o complementarias a las tradicionales, para poder así lograr el sueño de la universidad. Eso sí, hay que informarse muy bien antes de decidir a que casa de estudios ingresaras, pese a los excelentes beneficios que esta te pueda otorgar. Ya que hay muchas que utilizan estos artilugios, para cubrir deficiencias académicas e institucionales, en donde a la larga los únicos perjudicados son los jóvenes.
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